Hoy no tengo el día... Y cuando no tengo el día, malo. Me quedo corta si digo lo sola que me siento. Y no sola en cuanto a cariño porque tengo tesoros al lado mía a los que les debo la vida por tratarme como lo han hecho estas semanas. Pero dicen que no te das realmente cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, y yo tenía un pilar incondicional al lado mío que de un día para otro se esfumó y dejó un vacío grandísimo. Pero bueno yo no perdí nada, a mí me perdieron.
Tengo que meterme en la cabeza que eso no fue real. Que he ido justificando cada una de las cosas que no salían de su persona por convencerme a mí misma de que ya le saldrían, que ya lo haría de otra forma, que ya tomaría otro camino, que el estar conmigo lo cambiaría y algún día se abriría a mí de la misma forma en que yo lo hice con él... Tantas veces pedí acompañamiento que no puedo ni contarlas. Y repasando esta historia... me faltaste muchas veces.
Aunque si te digo la verdad se me siguen viniendo a la cabeza los momentos en que sí estuviste, en que sacaste tiempo para mí (aunque no sentía que fuera suficiente), en que me convenciste de que yo era la elegida, que yo era la que te había cambiado la vida y la única que te conocía de verdad. Qué pena que todo fuese un cuento. O al menos así lo siento.
No sé cómo dices querer a alguien y a la vez sentirte alagado con todo comentario baboso que te dicen. No sé por qué no me dijiste que no era suficiente, que no llenaba al 100% ese vacío que tenías. No sé por qué no lo hiciste a tiempo antes de dejarme confiar en ti y romperme en un segundo sin pensártelo. Y tampoco sé por qué tuviste que sincerarte en aquella carta cuando ya lo habías roto todo. No entiendo por qué no fue antes. Y creo que no lo llegaré a entender nunca.
Si supieras lo difícil que fue para mí y todo el tiempo que me tomó reconstruirme después de mi último desastre amoroso... Si supieras lo que has causado en mí y la desconfianza que me has creado entenderías el por qué actué como actué la última vez que te vi.
Lo que sí tengo claro es que ahora seré más exigente con las personas que dejo entrar en mi vida. Ya no justificaré nunca más un acto que no se ajuste a mis principios o que vaya en contra de lo que busco en alguien. Que si antes para tener vínculo con alguien necesitaba cariño sobre todo, ahora necesito LEALTAD, FIDELIDAD Y RESPETO. Y si falla alguno de esos pilares estás fuera de mi vida al instante.
Y una última cosa. Deseo que sanes todo eso que no hablas con nadie. Eso que te rompe por dentro y que te hace tapar cualquier hueco de soledad con la presencia de cualquiera. Yo estaba dispuesta a estar hombro con hombro contigo para que pudieras superarlo y hacer de mí tu compañera de vida.
Ya no pasaremos a la historia por ser dos locos que se querían más de lo que parecía, sino por querernos pero no saber cómo hacerlo.
Puede que fuésemos el amor de la vida del otro, pero nos conocimos en el momento equivocado. Yo demasiado sincera e inexperta y tú demasiado inmaduro y hermético.
Ojalá y nos encontremos en otro momento o en otra vida y pueda perdonarte lo que no fui capaz en esta.
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